Propiedades del diente de león
Seguramente en muchas ocasiones hayas oído hablar de esta infusión, aunque tal vez nunca la has probado. El diente de león, conocido también como achicoria amarga o meacamas, es una planta adventicia que puede ser utilizada tanto para infusiones, así como para ensaladas —en concreto, las hojas del diente de león—. Aunque, su origen no está del todo claro —en algunos casos su aparición se ha vinculado a Europa—, actualmente esta planta la podemos encontrar en prácticamente todo el mundo. El diente de león destaca porque tiene una gran cantidad de beneficios para nuestra salud, sobre todo, para prevenir o tratar problemas relacionados con el hígado, así como con los riñones y la vesícula biliar.
En cuanto a sus usos, por lo general suele ser consumida como tónico, en forma de infusiones, aunque sus hojas también pueden ser consumidas directamente en ensaladas —estas pueden ingerirse crudas o pueden cocerse—. Esta planta también se utiliza por los apicultores por la cantidad de polen que contiene, así como para obtener látex de sus raíces a nivel industrial.
En este artículo, te explicamos cuáles son los beneficios de consumir el diente de león, así como las contraindicaciones, o desventajas, y en qué casos su consumo debe ser evitado.
Beneficios del diente de león
Alivia el dolor: El diente de león se ha utilizado desde hace muchos años para tratar cualquier tipo de dolencia física. Y es que esta planta cuenta con varios componentes antiinflamatorios, como son el ácido chicórico, el taraxínico, el tetraxosanol, el fitol y el clorogénico que sirven para desinflamar y aliviar el dolor muscular, de las articulaciones e, incluso, de los huesos.
Evita las alteraciones hepáticas: Uno de los beneficios principales del diente de león es su acción beneficiosa para el hígado. Y es que esta planta cuenta con una gran cantidad de antioxidantes, así como otros componentes que son eficaces para las hemorragias de este órgano. Así mismo, el diente de león se encarga de purificar la sangre, así como de regular el flujo de bilis.
Mejora el metabolismo: El diente de león es empleado también para mejorar el metabolismo en el cuerpo. Esta planta ayuda, entre otras, a regular el colesterol, a reducir la cantidad de grasas que se absorben, a estimular la secreción de insulina y a reducir los niveles de azúcar y glucosa en la sangre. El diente de león es bueno para el corazón y para combatir la anemia por la cantidad de hierro que tiene.
Prevención de infecciones: Esta sustancia destaca por la cantidad de propiedades antibacterianas y antivirales que posee, siendo utilizada frecuentemente a nivel científico. El diente de león es muy utilizado para tratar infecciones urinarias, así como cálculos renales pero, también, para tratar el acné y controlar la cantidad de hormonas que se producen, así como para eliminar las infecciones microbianas en la piel.
Controla la diabetes: Como mencionábamos más arriba, esta planta ayuda a la producción de insulina en el cuerpo. Con ello lo que se consigue es que los niveles de azúcar se reduzcan, así como la cantidad de glucosa en sangre. Y es que, entre los principales beneficios del diente de león destaca, también, su acción diurética, ayudando a desechar todas las toxinas o sustancias innecesarias mediante la orina. Como el azúcar, en este caso pero, también, la materia grasa.
Contraindicaciones del diente de león
Como en todo, el consumo excesivo de diente de león puede conllevar una serie de contraindicaciones o de desventajas para la salud. No se recomienda más de 3 infusiones al día. Así mismo, su uso está desaconsejado en algunos casos como, por ejemplo, en las personas que padecen cálculos en la vesícula, ya que esta planta estimula la producción de bilis. Por esta misma razón, su uso tampoco está aconsejado en personas que padecen acidez estomacal o reflujo, así como úlceras estomacales. El consumo de diente de león debe ser evitado, por otro lado, por las personas que padecen alergias a este tipo de plantas, conocidas como plantas asteráceas.