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Propiedades del kéfir

El kéfir no es un alimento especialmente popular, y de hecho hay quien desconoce por completo su existencia y, por lo tanto, sus nutrientes. Se trata de un producto que surge de un tipo de fermentación, y a raíz de esto existen tres tipos distintos de kéfir: el de agua, el de leche y el de té.

Hay muchas opiniones al respecto, ya que los tres se consumen de la misma manera, pero por norma general se suele decir que el kéfir de leche es mejor que los otros dos. Esto afecta también a sus propiedades, ya que dependiendo de su origen el kéfir tendrá unas u otras, pero el más popular es el kéfir de leche y, por lo tanto, el que parece tener más nutrientes.

Por norma general, las propiedades del kéfir dependen intrínsecamente de la calidad de la leche o del producto (agua o té) a partir del cual fermenta. Como resultado de esto último, surgen una serie de gránulos lechosos de consistencia gelatinosa, y es a esos gránulos a los que se les conoce como kéfir. Se emplean para fermentar, consiguientemente, leche fresca, y es así como se crea el proceso de fermentación. Este proceso es extraordinariamente rápido, y el kéfir posee un ciclo casi eterno, por lo que se puede elaborar en casa y no prescindir nunca de este producto.

Beneficios del kéfir

Facilita la digestión. Esta ventaja es una de las más reconocidas que posee el kéfir, pues uno de los motivos más comunes por los que se consume esta bebida es precisamente para tener una digestión más fluida.

Hace la leche más digerible. Pese a las propiedades que muestra la leche para con el organismo, se trata de un producto de difícil digestión para algunas personas. Al fermentar la leche, el kéfir modifica la naturaleza de esta, conservando la mayoría de sus propiedades, pero modificando otras. Por ejemplo, reduce el nivel de lactosa que contiene, pero conserva la cantidad de calcio y proteínas del producto original, por lo que al consumir el kéfir nuestro organismo absorbe lo positivo de la leche, pero no tiene que procesar lo negativo.

Mejora el sistema inmunitario. Además de facilitar la digestión, el kéfir ayuda a regular el tránsito intestinal y contribuye a fortalecer la flora. Este alimento tiene su propia flora, a la que se le da el nombre de flora de la fermentación, y además de regular el tránsito mejora el sistema inmunitario.

Remedio natural para combatir alergias. Hay diversos estudios que señalan otras muchas virtudes con respecto al kéfir, entre las que figura el prevenir y tratar cualquier tipo de alergia.

Antibiótico natural. Se considera el kéfir como un antibiótico natural. Además de limpiar el cuerpo de toxinas, entre las que pueden encontrarse antibióticos químicos, el kéfir es útil para tratar afecciones relacionadas con bacterias, como pueden ser la candidiasis, la psoriasis, el eccema, el acné, etc.

Mejora el metabolismo. Se trata de un producto natural y de fácil elaboración que puede ayudar a mejorar el metabolismo de quien lo consume. Al tratarse de un producto extraído de la leche, el kéfir contiene un alto porcentaje de proteínas, por lo que ayuda a acelerar el metabolismo. Por eso se propone también su uso si se planea perder peso. 

Contraindicaciones del kéfir

Pese a ser un producto casero y de múltiples beneficios, el kéfir también puede afectar negativamente a nuestro bienestar.

Se trata de un producto con unas cualidades particulares, por lo que las personas con estómagos sensibles pueden no digerirlo bien. Si bien el kéfir facilita la digestión de la leche, no todo el mundo puede digerir correctamente el kéfir en sí, por lo que dependiendo de las condiciones de cada persona su ingesta puede resultar malestar o incluso diarrea, pero por norma general no va más allá – sencillamente se trata de un alimento que puede sentar mal a alguna persona.

Se ha de tener en cuenta que, si se está tomando algún tipo de medicación o si nuestro sistema inmunológico tiene las defensas bajas, se ha de consultar con un médico antes de consumir kéfir. El kéfir es el resultado de una fermentación, por lo que contiene bacterias y levaduras vivas. Si bien su objetivo es reforzar el sistema inmune, si se está tomando algún tipo de fármaco que reduce las defensas, el resultado puede ser contraproducente, ya que lejos de evitar infecciones, estas pueden acentuarse.