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Propiedades del jengibre

El jengibre es una especia clave en numerosas culturas por múltiples motivos, entre los que figuran no solo su sabor ligeramente picante sino también sus muchas propiedades.

Sus usos también son muy variados dentro de la cocina: el jengibre se emplea como especia para cocinar, pero también como ingrediente en muchos platos; se utiliza para preparar tés, cafés, limonadas y otras bebidas; y es también un elemento muy importante en repostería, pues se emplea en postres típicos de festividades como pueden ser las galletas o los caramelos de jengibre, dulces muy presentes en época navideña.

No obstante, lo más interesante del jengibre radica en sus beneficios, que no son pocos. Se trata de un alimento especialmente conocido por sus propiedades antiinflamatorias, pero a esas se han de añadir otras muchas. De hecho, hay culturas en las que el jengibre se considera una planta medicinal, y la emplean no solo para cocinar sino también para preparar remedios.

Beneficios del jengibre

Reduce la sensación de mareo y náusea. A raíz de esto se plantea como un alimento muy útil durante el embarazo. También favorece el proceso de la digestión y se recomienda su uso para calmar los dolores menstruales, dadas sus propiedades antiinflamatorias.

Trata fiebres, gripes y resfriados. Al tratarse de una planta con cualidades caloríficas, resulta muy útil para tratar fiebres, gripes o resfriados, ya que mantiene el cuerpo caliente, favoreciendo así la sudoración y la expulsión de toxinas.

Contiene propiedades anticancerígenas, dado que tanto sus componentes activos, llamados gingeroles, como sus propiedades antiinflamatorias ayudan a prevenir el crecimiento de células cancerígenas, como han probado una serie de estudios centrados, principalmente, en el desarrollo de cáncer de ovarios, de pecho y de colon.

Agiliza la pérdida de peso al acelerar el metabolismo, por lo que es también un alimento que puede resultar útil cuando se trata de lidiar con la obesidad o el sobrepeso. Además, y en esta misma línea, el jengibre es recomendable para reducir el dolor muscular provocado por el ejercicio, y ayuda a proteger el hígado de afecciones relacionadas con la obesidad, por lo que se trata de un alimento altamente recomendable si se padecen problemas derivados del sobrepeso o se pretende perder peso.

Mejora y protege el sistema cardiovascular, ya que reduce el colesterol y previene la formación de coágulos de sangre. De igual modo, esta especia ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre de personas diabéticas, por lo que les ayuda a controlar mejor su diabetes.

Ayuda a tratar el asma. El jengibre ha sido usado desde antaño como remedio para problemas respiratorios, por lo que se utiliza para tratar las afecciones como el asma o dificultades provocadas por alergias. Se emplea, asimismo, para reducir las molestias provocadas por enfermedades como la artrosis o la artritis, aunque esta reducción parece ser bastante modesta.

Ayuda a prevenir el mal aliento. Esto es muy común en culturas orientales, en las que se tiene por costumbre ingerir un pequeño trozo de jengibre encurtido después de las comidas.

Contraindicaciones del jengibre

Sin embargo, hay situaciones en las que se debe tener en cuenta que el jengibre puede resultar más perjudicial que beneficioso. Si bien al proteger el sistema cardiovascular el jengibre puede ayudar a regular la hipertensión, no es recomendable ingerir esta planta si no se cuenta con la recomendación explícita de su médico, ya que la hipertensión es una condición que ha de diagnosticarse y tratarse clínicamente, y combinar el jengibre con la medicación puede resultar peligroso para la salud.

En esta misma línea, pese a tratarse el jengibre de una planta anticoagulante, no debe mezclarse su consumo con medicamentos anticoagulantes, porque puede resultar igual de peligroso que lo anterior ya que aumenta el riesgo de hemorragia. Además, aunque la ingesta de jengibre alivia las náuseas y puede ser de gran utilidad durante el embarazo, ha de realizarse, de nuevo, bajo la supervisión de un médico, ya que el ser anticoagulante puede resultar peligroso durante el embarazo.